jueves, 12 de enero de 2012
viernes, 29 de enero de 2010
Segmentación intraprovincial de Áncash
Elmer Neyra Valverde
El actual departamento con el nombre de Áncash ocupa parte del territorio del desaparecido departamento de Huaylas; este fue creado por Felipe Santiago Salaverry, con la única salvedad de que no consideraba como parte a la provincia de Huari. Esto fue en 1835, sin embargo, el mismo año, el mariscal Andrés Santa Cruz establece el departamento con el mismo nombre pero reconociendo la provincia de Huari. Rápidamente se integró a este departamento la provincia de Cajatambo. De modo que en 1840, etapa en la que ya se superaba la anarquía militar y los sueños de Diego Portales se habían cumplido, pues se había liquidado definitivamente la pretendida y mal comprendida Confederación Peruboliviana. Justamente, el aniquilamiento de esta pretensa realidad en base a razones de orden histórico, geográfico y cultural, permitió el surgimiento del departamento denominado Áncash (originalmente Ancachs). Gamarra de esta manera sirvió a las pretensiones de Chile que no solamente se orientaban a no permitir la unificación del Alto Perú y el Bajo Perú, aún más Arauco dio el no tan inesperado zarpazo en la infausta guerra del salitre, con el apoyo del imperialismo inglés y la crudelísima actuación de Lynch, veterano de la Guerra del Opio.
De modo tal que Áncash surge con las provincias de Santa, Huaylas, Conchucos, Huari y Cajatambo, las mismas que podríamos considerar como semilleros provinciales. El desarrollo de los pueblos y la consolidación de los intereses económicos de las capas dominantes exigieron que esta realidad involucrase, posteriormente, un proceso de permanente segmentación que ha continuado hasta fines del siglo XX.
En 1857, en el caso de Huaylas se produce la primera partición en las provincias de Huarás con su capital homónima y la de Huaylas con su capital Carás. La provincia de Huaylas, en 1904, se subdividió dado origen a la provincia de Yungay con su capital la ciudad del mismo nombre. La provincia de Huarás en 1934 se dividió para dar paso a la provincia de Carhuás, que tiene como capital la población de igual nombre. La misma provincia de Huarás ha sido partida sucesivamente, surgiendo la provincia de Aija en 1936 con capital homónima y la de Recuay con su capital que lleva idéntica denominación.
En 1861, la provincia de Conchucos, creada en 1821 por el mariscal Toribio Luzuriaga y teniendo como capital de hecho a Piscobamba, desapareció. En tal ocasión surgieron las provincias de Pallasca y de Pomabamba en la época del mariscal Ramón Castilla. En 1901, la capitalía de Pallasca pasó de Corongo a Cabana. Por lo que los coronguinos durante gestiones de muchos años consiguieron la creación de la provincia de Corongo en 1943. Piscobamba, en un proceso reivindicatorio, consiguió en 1956 la creación de la provincia de Mariscal Luzuriaga, de la cual viene a ser su capital. Esta provincia se ha erigido sobre la base del distrito de Piscobamba de 1824, del cual por intereses de hacendados se segregaron en el siglo XIX los distritos de Parobamba y Llumpa; en el siglo XX los distritos de Llama y Casca. Sihuas que había sido segunda capital de Conchucos, recuperó la provincialía en 1961, con la anexión de Sicsibamba que fue viceparroquia de Pomabamba.
La extensa provincia de Huari, fundadora de la República del Perú, ha sufrido en el siglo XX tres desmembramientos. Apareciendo en 1964 la provincia de Antonio Raimondi, capital Llamellín; en 1983 Fermín Fitzcarrald, capital San Luis. Y finalmente, en 1983 Asunción con su capital Chacas. Hay que destacar que estas tres últimas, segregadas de Huari, han sido creadas sobre la base territorial de sus propios distritos.
De la división de Cajatambo ha surgido la provincia de Bolognesi con su capital Chiquián en 1903. Y de la segmentación de Bolognesi ha nacido la provincia de Ocros en 1990. La parte sur de Cajatambo pasó al departamento de Lima. Conservando el nombre y la capitalía.
La antigua provincia de Santa tuvo por capital a Casma. En 1950, la capitalía de Santa pasa al emergente puerto de Chimbote. Aquí vale la pena aclarar que esta provincia en su ley de creación aparece como la nueva provincia del Santa, por lo que sería erróneo asumir la antigüedad de esta provincia en los primeros años de la Independencia. En 1955, Casma readquiere la capitalía provincial al crearse la provincia del mismo nombre. Y en 1984, surge la provincia de Huarmey con su capital Huarmey. Es importante dejar constancia de que todas las actuales capitales de provincia en los años finales de la colonia fueron sedes de parroquia y estas tienen un equivalente administrativo a los distritos actuales. Cuando llegó Raimondi a Chimbote lo encontró una pequeña caleta y un pueblo de chimbadores; pero él junto con Enrique Meiggs previeron el futuro despegue de esta población, por ser el punto inicial del camino ferroviario, catalizador del desarrollo ancashino.
El actual departamento con el nombre de Áncash ocupa parte del territorio del desaparecido departamento de Huaylas; este fue creado por Felipe Santiago Salaverry, con la única salvedad de que no consideraba como parte a la provincia de Huari. Esto fue en 1835, sin embargo, el mismo año, el mariscal Andrés Santa Cruz establece el departamento con el mismo nombre pero reconociendo la provincia de Huari. Rápidamente se integró a este departamento la provincia de Cajatambo. De modo que en 1840, etapa en la que ya se superaba la anarquía militar y los sueños de Diego Portales se habían cumplido, pues se había liquidado definitivamente la pretendida y mal comprendida Confederación Peruboliviana. Justamente, el aniquilamiento de esta pretensa realidad en base a razones de orden histórico, geográfico y cultural, permitió el surgimiento del departamento denominado Áncash (originalmente Ancachs). Gamarra de esta manera sirvió a las pretensiones de Chile que no solamente se orientaban a no permitir la unificación del Alto Perú y el Bajo Perú, aún más Arauco dio el no tan inesperado zarpazo en la infausta guerra del salitre, con el apoyo del imperialismo inglés y la crudelísima actuación de Lynch, veterano de la Guerra del Opio.
De modo tal que Áncash surge con las provincias de Santa, Huaylas, Conchucos, Huari y Cajatambo, las mismas que podríamos considerar como semilleros provinciales. El desarrollo de los pueblos y la consolidación de los intereses económicos de las capas dominantes exigieron que esta realidad involucrase, posteriormente, un proceso de permanente segmentación que ha continuado hasta fines del siglo XX.
En 1857, en el caso de Huaylas se produce la primera partición en las provincias de Huarás con su capital homónima y la de Huaylas con su capital Carás. La provincia de Huaylas, en 1904, se subdividió dado origen a la provincia de Yungay con su capital la ciudad del mismo nombre. La provincia de Huarás en 1934 se dividió para dar paso a la provincia de Carhuás, que tiene como capital la población de igual nombre. La misma provincia de Huarás ha sido partida sucesivamente, surgiendo la provincia de Aija en 1936 con capital homónima y la de Recuay con su capital que lleva idéntica denominación.
En 1861, la provincia de Conchucos, creada en 1821 por el mariscal Toribio Luzuriaga y teniendo como capital de hecho a Piscobamba, desapareció. En tal ocasión surgieron las provincias de Pallasca y de Pomabamba en la época del mariscal Ramón Castilla. En 1901, la capitalía de Pallasca pasó de Corongo a Cabana. Por lo que los coronguinos durante gestiones de muchos años consiguieron la creación de la provincia de Corongo en 1943. Piscobamba, en un proceso reivindicatorio, consiguió en 1956 la creación de la provincia de Mariscal Luzuriaga, de la cual viene a ser su capital. Esta provincia se ha erigido sobre la base del distrito de Piscobamba de 1824, del cual por intereses de hacendados se segregaron en el siglo XIX los distritos de Parobamba y Llumpa; en el siglo XX los distritos de Llama y Casca. Sihuas que había sido segunda capital de Conchucos, recuperó la provincialía en 1961, con la anexión de Sicsibamba que fue viceparroquia de Pomabamba.
La extensa provincia de Huari, fundadora de la República del Perú, ha sufrido en el siglo XX tres desmembramientos. Apareciendo en 1964 la provincia de Antonio Raimondi, capital Llamellín; en 1983 Fermín Fitzcarrald, capital San Luis. Y finalmente, en 1983 Asunción con su capital Chacas. Hay que destacar que estas tres últimas, segregadas de Huari, han sido creadas sobre la base territorial de sus propios distritos.
De la división de Cajatambo ha surgido la provincia de Bolognesi con su capital Chiquián en 1903. Y de la segmentación de Bolognesi ha nacido la provincia de Ocros en 1990. La parte sur de Cajatambo pasó al departamento de Lima. Conservando el nombre y la capitalía.
La antigua provincia de Santa tuvo por capital a Casma. En 1950, la capitalía de Santa pasa al emergente puerto de Chimbote. Aquí vale la pena aclarar que esta provincia en su ley de creación aparece como la nueva provincia del Santa, por lo que sería erróneo asumir la antigüedad de esta provincia en los primeros años de la Independencia. En 1955, Casma readquiere la capitalía provincial al crearse la provincia del mismo nombre. Y en 1984, surge la provincia de Huarmey con su capital Huarmey. Es importante dejar constancia de que todas las actuales capitales de provincia en los años finales de la colonia fueron sedes de parroquia y estas tienen un equivalente administrativo a los distritos actuales. Cuando llegó Raimondi a Chimbote lo encontró una pequeña caleta y un pueblo de chimbadores; pero él junto con Enrique Meiggs previeron el futuro despegue de esta población, por ser el punto inicial del camino ferroviario, catalizador del desarrollo ancashino.
domingo, 13 de septiembre de 2009
martes, 8 de septiembre de 2009
martes, 25 de agosto de 2009
Pacushpampa - Américo Portella
Encaramado desde la cima de mi mítico Huancash,
estático sobre la piel, sin venas, pero vigoroso
escudriño los parajes del Ande con su página de nieve
escenario del asilo de neblinas y tormentas.
Observo los yermos en el dilatado horizonte,
en que por sus repliegues y sus resquicios,
surcan riachuelos que discurren entre follajes
cual caracol, anudando siglos en su espiral de bajada.
Avanza con lenguas airadas, imperturbable
agrietando rocas, lamiendo el soto sombrío
formando encañadas, y, enturbiando su cauce en el valle
y, extiende su meandro cual culebra de agua.
En su itinerario bordado de miel del chirimoyo,
entre esencias de aromas y lumbres que invaden,
bajo las sombras de racimos de huayhuajshus,
cirio suspendido, túnica erizada, noble sudario.
Hincha su cuenco en volumen entre enero y mayo,
entonces remeciendo en la piedra su espectacular hazaña,
desborda su estrépita crispadura
con el látigo hídrico que es su historia.
Después de haber labrado su cañón laberíntico
iriza su fuerza y bravura con tal ímpetu,
con impulso empuja en la roca y el aire
y sacude con rudeza sus aguas al Marañón.
Es allí, en ese escenario de asombroso espectáculo
donde se percibe el aliento primario del hombre,
bajo la tutela del estoico amaru
y los bizarros ídolos ardiendo en lenguas rojas.
Se percibe también en la memoria a los pacush
escurridizos camélidos que pastaron en llanuras libres
ofreciendo aquel paisaje viviente
en el laboratorio singular que perenniza su nombre.
Américo Portella Egúsquiza
estático sobre la piel, sin venas, pero vigoroso
escudriño los parajes del Ande con su página de nieve
escenario del asilo de neblinas y tormentas.
Observo los yermos en el dilatado horizonte,
en que por sus repliegues y sus resquicios,
surcan riachuelos que discurren entre follajes
cual caracol, anudando siglos en su espiral de bajada.
Avanza con lenguas airadas, imperturbable
agrietando rocas, lamiendo el soto sombrío
formando encañadas, y, enturbiando su cauce en el valle
y, extiende su meandro cual culebra de agua.
En su itinerario bordado de miel del chirimoyo,
entre esencias de aromas y lumbres que invaden,
bajo las sombras de racimos de huayhuajshus,
cirio suspendido, túnica erizada, noble sudario.
Hincha su cuenco en volumen entre enero y mayo,
entonces remeciendo en la piedra su espectacular hazaña,
desborda su estrépita crispadura
con el látigo hídrico que es su historia.
Después de haber labrado su cañón laberíntico
iriza su fuerza y bravura con tal ímpetu,
con impulso empuja en la roca y el aire
y sacude con rudeza sus aguas al Marañón.
Es allí, en ese escenario de asombroso espectáculo
donde se percibe el aliento primario del hombre,
bajo la tutela del estoico amaru
y los bizarros ídolos ardiendo en lenguas rojas.
Se percibe también en la memoria a los pacush
escurridizos camélidos que pastaron en llanuras libres
ofreciendo aquel paisaje viviente
en el laboratorio singular que perenniza su nombre.
Américo Portella Egúsquiza
El día que muera - Emiliano Pastor
Apenas muera, mi alma se enrumbará a tierras ancashinas
a buscar sus caminos;
a buscar sus cerros verdes, sus blancas cordilleras, sus ríos cantarines;
sus ágiles gorriones de dulce cantar,
con cuyo trinar me entretendré un rato, y dudaré que estoy muerto.
Apenas muera estaré en tierras piscobambinas,
buscando a mis padres, mis hermanos, mis amigos y parientes.
Con ellos me volveré a encontrar en ti, tierra bendita de Piscobamba.
Apenas muera, pediré a San Pedro que me deje por siempre en Piscobamba
en vez del Edén.
Apenas muera, mi morada serán tus campos verdes,
tus hermosas punas, tus bosques de eucalipto.
Desde aquí cantaré como un poeta trotamundo.
Apenas muera, me convertiré en el susurro suave del aire.
Mi canto volverá con el aguacerito piscobambino
y los zorzales me responderán en unísono coro con sus melodías.
Emiliano Pastor Neyra
Piscobamba, diciembre de 2008.
a buscar sus caminos;
a buscar sus cerros verdes, sus blancas cordilleras, sus ríos cantarines;
sus ágiles gorriones de dulce cantar,
con cuyo trinar me entretendré un rato, y dudaré que estoy muerto.
Apenas muera estaré en tierras piscobambinas,
buscando a mis padres, mis hermanos, mis amigos y parientes.
Con ellos me volveré a encontrar en ti, tierra bendita de Piscobamba.
Apenas muera, pediré a San Pedro que me deje por siempre en Piscobamba
en vez del Edén.
Apenas muera, mi morada serán tus campos verdes,
tus hermosas punas, tus bosques de eucalipto.
Desde aquí cantaré como un poeta trotamundo.
Apenas muera, me convertiré en el susurro suave del aire.
Mi canto volverá con el aguacerito piscobambino
y los zorzales me responderán en unísono coro con sus melodías.
Emiliano Pastor Neyra
Piscobamba, diciembre de 2008.
martes, 18 de agosto de 2009
sábado, 18 de julio de 2009
sábado, 11 de octubre de 2008
La tradición oral en Mariscal Luzuriaga
XVI Encuentro de escritores y poetas ancashinos
“Julio Cesar Pozo Cueva”
Marca 2008
26-27-28 Setiembre 2008
Ponencia
La tradición oral en Mariscal Luzuriaga
“Julio Cesar Pozo Cueva”
Marca 2008
26-27-28 Setiembre 2008
Ponencia
La tradición oral en Mariscal Luzuriaga
Danilo Barrón Pastor
En primer lugar es conveniente ubicar el lugar: la provincia de Mariscal Luzuriaga se encuentra en la parte trasandina de la zona de Konchucos, en Ancash.
Su capital es Piscobamba, “el nombre de Piscobamba proviene de dos vocablos quechuas, Pishgo = pájaro y bamba = pampa. Sus orígenes se remontan a la época pre inca, como uno de los pueblos conformantes de la cultura Chavín.”1
En Piscobamba se cuentan muchos relatos que han venido variando de generación en generación, la gran mayoría ha quedado en la memoria colectiva, muy pocos de ellos han llegado a publicarse. Y un gran número de historias aún se encuentran olvidados, las nuevas generaciones, con la llegada de la escuela, los medios de comunicación, han desarrollado nuevas voces, “una literatura que viene de atrás en la memoria y que se transmite de generación en generación, con las marcas inevitables de su propio tiempo”. 2.
La historia de Piscobamba se remonta hacia épocas remotas y entre las fechas memorables podemos destacar las siguientes:
“1465: Los pishquapampa son derrotados por las fuerzas de Cápac Yupanqui y Túpac Inca Yupanqui, caen al lado de los Konchucos y los huaras.
Sábado 5 de abril de 1533, llegada de Hernando de Pizarro, con su comitiva hispánica y Calcuchimac. Los recibe el kuraca Tawani.
24 de noviembre de 1594, Octavio Sínodo diocesano por el Santo Varón Toribio Alfonso de Mogrovejo. Piscobamba era la capital del corregimiento de Conchucos.”3
Durante la época de la conquista muchos de los cronistas escribieron diversos comentarios sobre Piscobamba. Pedro Cieza de León en su libro “Crónica del Perú” señala: “En esta provincia de los Conchucos ha habido siempre mineros ricos de metales de oro y plata. Delante de ella cantidad de diez y seis leguas está la provincia de Piscobamba, en la cual había un tambo o aposento para señores de piedra, algo ancho y muy largo. Andan vestidos como los demás estos indios naturales de Piscobamba, y traen por las cabezas puestos unas madejas de lana colorada”.4
Han pasado más de quinientos años y estos pobladores aún mantienen la lengua quechua con algunas variaciones, castellanizadas, su vestimenta mayormente ha cambiado con la occidentalización por la presencia de los españoles durante La Conquista. Además se puede observar en la actualidad el Inca Nani (camino del Inca) ubicado a un kilómetro de la ciudad de Piscobamba.
Las historias que vamos a analizar estarán relacionadas con la provincia Mariscal Luzuriaga y el otro es un relato popular de la región de Conchucos.
La oralidad en dos relatos del libro Willanakushun (Contémonos).
Relatos Populares Andinos.
Organización:
El autor inicia el texto con una introducción extensa en la cual busca configurar el territorio cultural y además nos da una lista de textos literarios de carácter histórico y literario publicados a largo de muchos años por autores luzuriaguinos y ancashinos en general.
Otro de los pasajes se refiere al paisaje Piscobambino, en él se relata su cultura, sus costumbres y sus atractivos turísticos y la importancia que tuvo esta región en el pasado, y lo que más llama la atención es aquella que se refiere a la batalla entre huascaristas y atahualpistas. “La historia confirma que Piscobamba y todos los lugares adyacentes fueron escenarios de cruentas batallas fratricidas entre huascaristas y atahualpistas; cada contendor tratando de demostrar su fuerza y poder. Esos enfrentamientos han quedado perennizados, de tal manera que hasta la fecha se conservan los topónimos, como es el caso “Asiajbamba” (pampa pestilente, por cadáveres insepultos después de una batalla); “Ayapa-umán” (cabeza de muerto, colocadas en estacas); “Tullubamba” (pampa de los huesos); “Yahuar cocha” (laguna de sangre), etc., nombres que nos dicen mucho y con toda la verdad estremecedora.”5.
Estos lugares en la actualidad subsisten, pero la historia los ha olvidado por lo que merece quizás un estudio antropológico e histórico con mayor documentación ya que el autor se ha limitado a enumerarlas.
Se describe sus fiestas patronales y los barrios principales que conforman la zona.
Otro de los títulos es Parco (lugar de origen del autor), cobra mucha importancia conocer el lugar, porque en cuya jurisdicción se ubican las dos lagunas más importantes de la provincia: Ganchiscocha y Yanacocha, luego de ubicar la zona el narrador inicia su relato con la historia de los “culebrones”.
Culebrones
Nivel lingüístico:
El texto inicia con “Dicen que...” términos que se encuentran en la variedad lingüística del lugar, y muy frecuentemente utilizada en este tipo de historias. El discurso oral utiliza un lenguaje coloquial en la forma simple de las estructuras sintácticas de la narración. El texto es sumamente lineal, utilizando palabras marcadas por notas de pie de páginas que explican con mayor claridad el término de algunos vocablos utilizados en el relato, con la finalidad de aclarar el significado, esto se ubica al final del texto.
“El dios Ticsi, ordenó que los reptiles hambrientos, fuesen los encargados de llevar a cabo el drástico castigo: el exterminio de la humanidad” (Divinidad en el antiguo Perú que significa fundamento, principio “Esplendor originario, Señor, Maestro del Mundo”. Los pocos y antiguos pobladores recuerdan vagamente este nombre) 6.
En el relato se llega a utilizar hasta ocho notas de pie de página, con una explicación clara que nos amplía la idea sobre el texto.
Se utiliza la analogía: de culebrón hembra, habitante de la laguna de Ganchiscocha y el macho, que vivió en la laguna de Yanacocha.
El narrador recoge la historia pero se nota que exagera con la utilización de algunos términos poco usuales en la oralidad colectiva. “en donde debía desayunar el opíparo potaje humano”7.
La palabra opíparo, viene hacer un término culto que podría ser reemplazada por comida sabrosa.
Se utilizan diversos nombres de lugares como Chancaza, Piscobamba, Yungay, Casca, Huaraz, Pomabamba, etc.
Nivel pragmático:
Se trata de un relato de carácter cosmogónico, que de alguna manera trata de explicar el origen de las filas rocosas, semejantes a ofidios que se encuentran en las alturas de Parco (Mariscal Luzuriaga Ancash) “podemos observar asombrados que los culebrones aún permanecen formando esas hileras pétreas de superficies puntiagudas de color gris azulejo con ribetes dorados del ichu de la puna”8.
Los protagonistas de la historia, los dos culebrones, macho y hembra, salen en busca de alimentos de las lagunas de Ganchiscocha y Yanacocha, y tienen la misión de devorar humanos, así recorren hacia el occidente y por los lugares que atravesarían desayunarían, almorzarían y cenarían durante el día. Al día siguiente continuarían devorando humanos, pero el Dios Ticsi, se arrepiente y con ayuda de Katequilla, vaticinador de acontecimientos, deciden transformarlos en piedras a estas serpientes y así han quedado petrificadas hasta la fecha.
Este relato se remonta a épocas prehispánicas no identificados, la laguna subsiste, los protagonistas han sufrido cambios, antes culebrones, ahora hileras de rocas que se extienden a varios kilómetros.
Nivel del texto:
El discurso oral es coherente, con una secuencia lineal de los acontecimientos, (orden cronológico), narrado en tercera persona, guardando relación entre los personajes y la geografía. El texto inicia con “Dicen que en el principio de los tiempos, un Dios procedente de las regiones septentrionales, convertido en un personaje alado, dejo caer un huevo (huevo primordial) en cada una de las lagunas de Ganchiscocha y Yanacocha.
De estos huevos brotaron dos serpientes que vivieron durante largo tiempo sumidos en profundo sueño.
El culebrón hembra que era el más grande, habitaba en Ganchiscocha, y el macho vivió en Yanacocha. 9.
El origen de los culebrones señalados en la obra, son de la memoria colectiva que se actualiza en el tiempo, el evento es irreal, no comprobable, “como discurso, toda literatura oral no es exactamente sólo lo que nos llega a nosotros sino aquello que se construye con el narrador hablante en presencia inevitable del oyente”.10.
Este relato tiene como anexo notas sobre los culebrones, en total son cinco, que en su mayoría son supersticiones de lo que podría ocurrir, creencias, como reencarnaciones, transformadas en fenómenos naturales como: aluviones, huaycos, sismos, etc.
El otro título de importancia, es la que el recopilador introduce en su texto sobre La Gongapa tomada de la tesis “Relación del Folklore en el proceso educativo de la provincia de Pomabamba” del profesor Augusto Egúsquiza Vidal, UNMSM 1964.
La gongapa
Describe a una jovencita muy hermosa, a quien sus padres “la dedicaron como pareja a una Huaca de piedra, llamada CHANCA de figura de persona, con quien la casaron y celebraron sus bodas fastuosamente”. 11.
La joven guardó su virginidad por un tiempo, pero luego sintió deseos carnales por un joven apuesto, deseó unirse secretamente, sus padres se enteraron y con el temor que fallase a su juramento, la dieron de comer la gongapa (planta sagrada) para que olvide a su novio.
Nivel textual:
No determina con exactitud el espacio, el narrador señala: “En un pueblo del antiguo y floreciente conchucos, vivía una muchacha de quince primaveras” 12. La zona trasandina de conchucos tiene un sinnúmero de pueblos, cada uno con características históricas propias.
El relato es lineal, que tiene un antes, un durante y después. Antes, joven inocente dependiente de los padres y divinizada por ellos; durante, recobra su condición humana y siente deseos (carnal) por el sexo opuesto, pero al comer la planta sagrada olvida todo; después, queda mitificada para siempre olvidando sus deseos placenteros.
Nivel lingüístico:
El lenguaje es popular y lineal, se resalta el título por su significado, que proviene de la voz quechua “Gonga” = olvidar, de allí el nombre Gongapa, que quiere decir, olvida. Esta planta crece en las alturas de los andes conchucanos, la historia se narra en diversos pueblos de manera colectiva con eventos diferentes.
Nivel pragmático:
El texto posee una unidad temática que viene a ser el hacer olvidar.
Los protagonistas son:
La principal, la joven hermosa, cuyo futuro es decidido por sus padres.
Los padres, quienes dedican en sacrificio a la dacha e piedra, que viene a ser la pareja de la doncella.
El joven apuesto, a quien la doncella decide entregarse en cuerpo y alma (hecho que no llega a consumarse).
El relato posee códigos mitos andinos de veneración y sacrificio a los dioses tutelares el antiguo Perú.
Conclusión
He desarrollado el análisis de dos relatos populares de la región de Conchucos, en el primero, se explica el origen de los culebrones que cubren los cerros cercanos a la provincia de Mariscal Luzuriaga (cerca al pueblo de Parco). En la otra, la historia mítica de la doncella que olvida sus deseos humanos para convertirse en una divinidad de veneración.
Un trabajo más amplio nos llevaría a un análisis profundo del texto Willanakushun (contémonos).
El libro recoge diversos relatos como “Huagancu” “La sirena de Andaymayo”, “Warajlluy y Apallimay” “El Huandoy y el Huascarán”, etc., que los analizaré en otros estudios posteriores.
Notas:
1. Revista Chavín “La novia de los andes”, Piscobamba, pág., 16. Lima 1992.
2. La Literatura Oral. Gonzalo Espino Relucé, pág. 16.
3. Provincia Mariscal Luzuriaga et Piscobamba. Elmer F. Neyra Valverde, pág.16.
4. Ibid, pág. 20.
5. Willanakushun (contémonos) Relatos Populares Andinos, pág. 10.
6. Ibid, pág. 22.
7. Ibid, pág. 22.
8. Ibid, pág. 23.
9. Ibid, pág. 22.
10. La Literatura Oral. Gonzalo Espino Relucé. Pág. 17.
11. Willanakushun (contémonos) Relatos Populares Andinos. Pág. 30.
12. Ibid, pág. 30.
Bibliografía
Ø ESPINO RELUCÉ, Gonzalo La literatura oral o la literatura de tradición oral. Quito, Abya yala, 1999.
Ø ------ Tradición oral guía para la conversa. Lima, TAREA, IV festival cultural juvenil, Lima marzo de 1992.
Ø NEYRA VALVERDE, Elmer Provincia de Mariscal Luzuriaga et Piscobamba. Lima Club Piscobamba 1999.
Ø PORTELLA EGÚSQUIZA, Américo Willanakushun (contémonos) Relatos Populares Andinos. Lima, Ateneo.
Ø Andino Ediciones. 1986.
sábado, 13 de septiembre de 2008
miércoles, 10 de septiembre de 2008
viernes, 5 de septiembre de 2008
Los serpentones de kanchiscocha
Elmer Neyra Valverde - Los Olivos, 2003.
En los años 50, mi terruño con sus costumbres y ritos continuaba como siempre desde siglos atrás. Pocos terminaban su primaria; a los 16, 18, 20 años la mayoría de adolescentes hijos de campesinos se iban hacia la costa; los hijos de citadinos a Lima.
En época de cosecha de papas, bajamos al paraje de nombre en castellano: “Ventana”, voz exótica incrustada entre multitud de topónimos, de ancestro quechua. En Ventana estaba una chacra cuya forma parecía una burda réplica del mapa del Departamento de Huancavelica. La recuerdo con nostalgia porque tiene un significado arquetípico para mi familia. Mi señor padre que jamás huyó de su pueblo, a los 17 años de edad compró dicha finca rural. Casi siempre en el terreno de Ventana se sembraba papa. La cosecha era una fiesta. Varios hombres con sus Kashus (azadillas alargadas), por debajo de la mata de la papa deshacían el camellón, la campesina en cuclillas, con sus manos recogía los hermosos tubérculos y los introducía amorosamente en la canasta, yo aún niño estaba cerca de Clorinda, que siempre nos ayudaba en los quehaceres de casa. Ella era un cofre de leyendas y cuentos de sabor autóctono, y parece, que los inventaba y en quechua nos relató la leyenda de los Serpentones de Kanchiscocha.
Eran tiempos lejanos de los abuelos, en que se manifestó una intensa sequía, que malogró los sembríos de papa, ollucos, ocas, mashuas, quinua, los manantiales se secaban, los ríos parecían hilachas de agua; los auquénidos calmaban su sed en los puquiales, se acercaban a las orillas de la Laguna Kanchiscocha, enclaustrada entre roquedales, a más de 4800 m.s.n.m., ya cerca del río Tungurahua o Marañón; en la parte Centro Oriental de Ancash.
Los camélidos desaparecían devorados por enormes culebras que desde siglos dormían en las profundidades de la citada Laguna; la escasez de agua aguijoneaba la sed de los ofidiones y propiciaba la extinción de los animales; lo mismo que aguzaba el hambre de esta pareja de sierpes gigantes. Al escasear el agua y sus alimentos deciden salir de su alberca el binomio de culebras que planean marchar hacia Occidente, siguiendo el camino de los jacharrunas, que desde la Selva marcharon en la dirección oriente - poniente.
Al alcanzar la cumbre desde la cual se divisa la Cordillera de los Andes, deslumbradas por el sol y del lejano blancor de las nieves contornean garbosas, llenas de orgullo y victoriosas, y la culebra hembra iba hacia la izquierda y la culebra macho a la derecha. Traman su macabra estrategia. Por el derrotero izquierdo llegando a Llama se servirá un apetitoso desayuno, el almuerzo en Yauya; por la senda derecha el monstruo macho se cebaría con manjar matinal en Piscobamba, pasando el mediodía almorzaría en Llumpa, habían concertado su encuentro y terminar el festín del día, cenando en Yanama. Desafiando las alturas seguían escalando hacia la Cordillera de los Andes, por Mariahuayta, Toromachay y el abra de Atojshayco y voltear hacia Llanganuco.
Eran monstruos gigantes que al caminar solos se les veía su alargado cuerpo, aún la cola no emergía, ya del pantanoso oquedal de la Laguna. El ingrediente básico de los platillos a servirse serían los indómitos y laboriosos habitantes de los mencionados pueblos. Un winchus, pájaro heráldico de Piscobamba, avisó la pretensión apocalíptica al apu tutelar Huáncash. El convocó a otros cerros apus, entre ellos Chontajirca, Qeshqijirca, Intujirca, ellos armaron el contraataque. Para lo cual mandaron a sus súbditos armados con las hondas de oro. Estos arrojaron pedrones que dirigidos certeramente a los cráneos de los serpentones, detuvieron la dantesca marcha. Los ofidios se sacudieron con fuerza y estrépito, hicieron estremecer la tierra como nunca habían contemplado las estrellas; y sus alaridos letales alcanzaron hasta las nubes, desde las cuales primero partieron raudos relámpagos, como jamás vieron ojos algunos; luego como mísiles inteligentes los rayos cayeron decididos y oportunos sobre los cuerpos casi exámines. En el inmensurable espacio un batallón de rayos atestiguaron el holocausto de los serpentones y la victoria de Huáncash y sus subordinados, con lo cual los habitantes de los pueblos de Piscobamba, Llama, Llumpa, Yauya, Yanama no fueron pasto de la voracidad mencionada.
Explicación
Después de la victoria de los cusqueños sobre los Pishcopampas, Conchucos y Huaras los pueblos y comunidades de Ancash toman nombres quechuas. Por esto una laguna se llama Canchiscocha o sea la Laguna de los Canchis, mitmaes y pastores que criaban llamas, alpacas y vicuñas en la Sub Cordillera de Piscobamba que corre de Sur a Norte paralela a la Cordillera de los Andes, y por donde trazaron el Jatun Nani, el camino real de los incas.
Cuando uno va de Piscobamba a Parco, está la Laguna de Canchiscocha, arqueta de leyendas y poemas y de una hermosura bucólica. De sus inmediaciones parten dos hileras de rocas que corren hacia el Oeste, dan la sensación de que si continúan llegarían a Llama y Piscobamba. Cada hilera y por imaginación e inferencia alcanzarían los otros pueblos mencionados. Es un relato cosmogónico, un esfuerzo primario de sabiduría que trata de explicar, de alguna manera el origen de estas filas rocosas, que semejan enormes ofidios; cual temibles serpentones que adornan los monolitos de Chavín.
Personajes
· La Laguna de los Canchis.
· Los serpentones milenarios (hileras de rocas de cal).
· Los pueblos de Piscobamba, Llama, Yauya, Llumpa y Yanama.
· Los cerros tutelares: Comandante en Jefe, Huáncash y sus lugartenientes: Chontajirca, Qeshqijirca, Intujirca.
· Relámpago, rayo, trueno, el tríptico mortal del aire.
En época de cosecha de papas, bajamos al paraje de nombre en castellano: “Ventana”, voz exótica incrustada entre multitud de topónimos, de ancestro quechua. En Ventana estaba una chacra cuya forma parecía una burda réplica del mapa del Departamento de Huancavelica. La recuerdo con nostalgia porque tiene un significado arquetípico para mi familia. Mi señor padre que jamás huyó de su pueblo, a los 17 años de edad compró dicha finca rural. Casi siempre en el terreno de Ventana se sembraba papa. La cosecha era una fiesta. Varios hombres con sus Kashus (azadillas alargadas), por debajo de la mata de la papa deshacían el camellón, la campesina en cuclillas, con sus manos recogía los hermosos tubérculos y los introducía amorosamente en la canasta, yo aún niño estaba cerca de Clorinda, que siempre nos ayudaba en los quehaceres de casa. Ella era un cofre de leyendas y cuentos de sabor autóctono, y parece, que los inventaba y en quechua nos relató la leyenda de los Serpentones de Kanchiscocha.
Eran tiempos lejanos de los abuelos, en que se manifestó una intensa sequía, que malogró los sembríos de papa, ollucos, ocas, mashuas, quinua, los manantiales se secaban, los ríos parecían hilachas de agua; los auquénidos calmaban su sed en los puquiales, se acercaban a las orillas de la Laguna Kanchiscocha, enclaustrada entre roquedales, a más de 4800 m.s.n.m., ya cerca del río Tungurahua o Marañón; en la parte Centro Oriental de Ancash.
Los camélidos desaparecían devorados por enormes culebras que desde siglos dormían en las profundidades de la citada Laguna; la escasez de agua aguijoneaba la sed de los ofidiones y propiciaba la extinción de los animales; lo mismo que aguzaba el hambre de esta pareja de sierpes gigantes. Al escasear el agua y sus alimentos deciden salir de su alberca el binomio de culebras que planean marchar hacia Occidente, siguiendo el camino de los jacharrunas, que desde la Selva marcharon en la dirección oriente - poniente.
Al alcanzar la cumbre desde la cual se divisa la Cordillera de los Andes, deslumbradas por el sol y del lejano blancor de las nieves contornean garbosas, llenas de orgullo y victoriosas, y la culebra hembra iba hacia la izquierda y la culebra macho a la derecha. Traman su macabra estrategia. Por el derrotero izquierdo llegando a Llama se servirá un apetitoso desayuno, el almuerzo en Yauya; por la senda derecha el monstruo macho se cebaría con manjar matinal en Piscobamba, pasando el mediodía almorzaría en Llumpa, habían concertado su encuentro y terminar el festín del día, cenando en Yanama. Desafiando las alturas seguían escalando hacia la Cordillera de los Andes, por Mariahuayta, Toromachay y el abra de Atojshayco y voltear hacia Llanganuco.
Eran monstruos gigantes que al caminar solos se les veía su alargado cuerpo, aún la cola no emergía, ya del pantanoso oquedal de la Laguna. El ingrediente básico de los platillos a servirse serían los indómitos y laboriosos habitantes de los mencionados pueblos. Un winchus, pájaro heráldico de Piscobamba, avisó la pretensión apocalíptica al apu tutelar Huáncash. El convocó a otros cerros apus, entre ellos Chontajirca, Qeshqijirca, Intujirca, ellos armaron el contraataque. Para lo cual mandaron a sus súbditos armados con las hondas de oro. Estos arrojaron pedrones que dirigidos certeramente a los cráneos de los serpentones, detuvieron la dantesca marcha. Los ofidios se sacudieron con fuerza y estrépito, hicieron estremecer la tierra como nunca habían contemplado las estrellas; y sus alaridos letales alcanzaron hasta las nubes, desde las cuales primero partieron raudos relámpagos, como jamás vieron ojos algunos; luego como mísiles inteligentes los rayos cayeron decididos y oportunos sobre los cuerpos casi exámines. En el inmensurable espacio un batallón de rayos atestiguaron el holocausto de los serpentones y la victoria de Huáncash y sus subordinados, con lo cual los habitantes de los pueblos de Piscobamba, Llama, Llumpa, Yauya, Yanama no fueron pasto de la voracidad mencionada.
Explicación
Después de la victoria de los cusqueños sobre los Pishcopampas, Conchucos y Huaras los pueblos y comunidades de Ancash toman nombres quechuas. Por esto una laguna se llama Canchiscocha o sea la Laguna de los Canchis, mitmaes y pastores que criaban llamas, alpacas y vicuñas en la Sub Cordillera de Piscobamba que corre de Sur a Norte paralela a la Cordillera de los Andes, y por donde trazaron el Jatun Nani, el camino real de los incas.
Cuando uno va de Piscobamba a Parco, está la Laguna de Canchiscocha, arqueta de leyendas y poemas y de una hermosura bucólica. De sus inmediaciones parten dos hileras de rocas que corren hacia el Oeste, dan la sensación de que si continúan llegarían a Llama y Piscobamba. Cada hilera y por imaginación e inferencia alcanzarían los otros pueblos mencionados. Es un relato cosmogónico, un esfuerzo primario de sabiduría que trata de explicar, de alguna manera el origen de estas filas rocosas, que semejan enormes ofidios; cual temibles serpentones que adornan los monolitos de Chavín.
Personajes
· La Laguna de los Canchis.
· Los serpentones milenarios (hileras de rocas de cal).
· Los pueblos de Piscobamba, Llama, Yauya, Llumpa y Yanama.
· Los cerros tutelares: Comandante en Jefe, Huáncash y sus lugartenientes: Chontajirca, Qeshqijirca, Intujirca.
· Relámpago, rayo, trueno, el tríptico mortal del aire.
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